Un joven amaba a los niños de su alrededor y anhelaba ofrecerles algo para que puedan conocer a Jesús y formarse como personas. Buscaba una forma dinámica y que le encante a los niños. Fue así que surgió la idea de iniciar una escuela deportiva en su plaza. Entendió que Dios lo llamaba a hacerlo para servirle a Él y a los demás. Lo comunicó a su pastor y buscó otras personas que le apoyen en esta aventura. Con unas pelotas usadas y botellas de agua coloreada se estableció en el lugar para empezar la primera práctica. En ese primer entrenamiento tenía solo unos pocos chicos, pero con el tiempo esa cantidad crecía rápidamente. Después de varios años, con aciertos y pifiadas, este joven pudo ser testigo de vidas cambiadas en sus jugadores e incluso colaboradores. Constantemente es invitado a las graduaciones y cumpleaños y con él se han formado varios líderes más. Considera que cada esfuerzo valió la pena cuando ve el impacto que Dios está teniendo en las vidas de sus dirigidos agradecido por poder haber sido parte de esa transformación en sus vidas.

Esta puede ser tu historia también. ¿Consideraste alguna vez abrir una escuela deportiva en tu comunidad? Si es así, déjame decirte que estás a punto de iniciar un viaje inolvidable. Algunos de los senderos en este viaje ya fueron transitados así que podrás aprender de las lecciones de otros, pero también hay sendero donde deberás hacer camino al andar. Tendrás estaciones con experiencias gratificantes y otras con frustraciones, pero con el tiempo mirarás atrás y podrás ver cómo te guió el Señor en todo y cuántas personas te acompañaron.
Cuando en Deporvida hablamos de una escuela deportiva, tenemos nuestra definición propia. Para nosotros, una escuela deportiva es un lugar de pertenencia donde niños y jóvenes deportistas tengan la oportunidad de conocer a Jesús y desarrollarse de manera integral en un programa deportivo.
Abrir una escuela deportiva puede ser abrumador, especialmente si es la primera vez que se hace. Por eso queremos dejarte algunos pasos que puedas considerar a la hora de iniciarla en tu comunidad:
- Define a una persona responsable. Cada escuela deportiva necesita un referente que coordine a las personas y las actividades. Esta persona puedes ser tú o si no podés hacerlo, designá a una persona de confianza que pueda asumir ese rol.
- Busca un lugar adecuado. Obviamente para un ministerio deportivo se necesita un espacio donde practicar el deporte. La plaza comunitaria suele ser una buena opción. En caso de no tener una plaza disponible se puede aprovechar un terreno, ya sea de la iglesia o baldío. Incluso se puede alquilar una cancha en las cercanías. Todo depende de las opciones y disponibilidades de cada escuela.
- Busca quien te apoye. Solo no podrás llevar adelante esta tarea; necesitás apoyo. Para llegar con el evangelio a los jóvenes deportistas es imprescindible el respaldo y apoyo de una iglesia local, que los hermanos te cubran en oración. Después ve si hay más personas con la misma visión que tú y pediles que te ayuden. Por último, y quizás ya con la escuela deportiva en marcha, podés pedirle a algunos padres que colaboren contigo en cuestiones específicas. Muchos de ellos estarían encantados en poder ayudarte cuando ven todo el empeño que pones en formar a sus hijos.
- No esperes a tener mucho para empezar. Muchas aperturas de escuelas deportivas se frenan porque los responsables creen no tener suficientes implementos deportivos para iniciar. Para tener la primera práctica, realmente se necesita solo un balón. Obviamente, siempre es mejor tener muchos implementos deportivos y son importantes también, pero aún si tienes solo una pelota prestada, ya es suficiente para iniciar.
- Invita a tus futuros jugadores. Si ya estás convencido de que harás la escuela deportiva, tenés el lugar y lo básico para iniciar la escuela, empezá a invitar a los chicos alrededor. Definí un día y horario específico y hacelo saber a los niños y padres más cercanos al lugar. Puedes imprimir una invitación y repartirla casa por casa o hacerlo mediante Whatsapp o en algún grupo de una comisión. Lo importante es generar algo de expectativa y dar algunos días para que se pueda expandir la invitación.
- Desarrolla tu primera práctica. Llegó el día y ves que empiezan a llegar algunos niños y padres. En ese momento recuerda no entrar en pánico y desesperación. Es el día que tú y otros estaban esperando. Dénles la bienvenida a los jugadores y acompañantes. Es normal que en el primer día no aparezcan muchos; no te preocupes por eso. Con el tiempo, cuando vean que es algo constante, se sumarán más personas. En el día de la primera práctica será importante incluir un breve tiempo para explicar a los presentes la finalidad de la escuela, los horarios de práctica y animarles a invitar a más chicos. Eso generará confianza y dará información necesaria para que sigan invitando.
Si lograste desarrollar tu primera práctica, ¡felicidades! Has logrado que el proyecto empiece a moverse. A partir de ahí podrás ajustar y mejorar las cosas y ver cómo este ministerio va creciendo. Entre todos los pasos siempre será importante tener a Dios presente. Involúcrale en todo lo que hagas, ya que él está mucho más interesado en que los jóvenes deportistas lleguen a conocer a Jesús y todo lo que él hizo por ellos que tu.
Si precisas más información o si te podemos ayudar en algo, puedes encontrarnos en las redes sociales como @deporvidapy o escribinos al +595985 131060.