Antes de sumergirnos en el artículo, será importante dejar en claro el concepto del Agente Formador. Es el nombre que utilizamos dentro de Deporvida cuando nos referimos al entrenador de los jóvenes deportistas.

El Agente Formador es la persona encargada de llevar adelante un ministerio deportivo con el fin de enseñar, ayudar y capacitar a los niños/as que asisten a la escuela deportiva de su comunidad. Si prefieres relacionarlo con una palabra eclesial, se podría decir que cumple el rol del discipulador.
Teniendo esto en cuenta, se puede deducir que la responsabilidad del Agente Formador delante de Dios puede ser abordada desde diversas perspectivas, no sólo en términos de habilidades físicas, sino también:
En un sentido ético, el Agente Formador tiene la responsabilidad de guiar y enseñar a los niños/as en valores fundamentales como el respeto, la honestidad y la perseverancia, que pueden alinearse con principios morales compartidos de manera general y global.
El Agente Formador debe considerar su papel como una oportunidad para impactar positivamente en la vida de los niños/as, así pudiendo influir en su desarrollo personal y ayudándolos a alcanzar su máximo potencial como individuos integrales.
- En un sentido espiritual, la relación entre el Agente y Dios podría interpretarse como una responsabilidad divina de guiar y nutrir a aquellos a su cargo. Esto implica ser un modelo a seguir que refleje los principios éticos y morales que abogan por un desarrollo humano integral.
- Teniendo en cuenta la última responsabilidad mencionada del Agente Formador, es necesario comprender, que no solo se necesita que sepa sobre algún deporte, sino que profundice y aprenda sobre la palabra de Dios, siguiendo el encargo que Pablo había dejado a Timoteo, de ser ejemplo en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
- Ya que como Deporvida aspiramos a que los niños/a, adolescentes y jóvenes sean enseñados y capacitados para ser presentados perfectos en Cristo Jesús (Col. 1:28), vemos que el Agente Formador es de vital importancia, ya que es una persona que debe formar dentro y fuera de la cancha.
También es fundamental que el Agente Formador se esfuerce por crear un ambiente agradable, fomente el trabajo en equipo y promueva los valores que trascienden el ámbito deportivo. Así poder ganarse la confianza de los padres que depositan su confianza en él.
De esta manera, puede considerarse que el entrenador cumple con su responsabilidad no solo ante los niños/as, la escuela deportiva y los padres, sino también ante una dimensión espiritual que busca el bienestar y la formación integral de las personas a su cargo.
Si sabes de algún Formador con cosmovisión bíblica, no dudes en apoyarlo!
Artículo redactado por Milton Fernández.